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La fascinante evolución del gato: de cazador solitario a rey del sofá
¿Alguna vez te has preguntado cómo tu gato, que ahora ronronea cómodamente en tu regazo, alguna vez fue un feroz cazador salvaje?
Raúl Beraún
9/3/20243 min read
La fascinante evolución del gato: de cazador solitario a rey del sofá
¿Alguna vez te has preguntado cómo tu gato, que ahora ronronea cómodamente en tu regazo, alguna vez fue un feroz cazador salvaje? La historia de cómo los gatos pasaron de vivir en la naturaleza a convertirse en nuestros fieles compañeros es tan fascinante como ellos mismos.
Hace miles de años, los gatos salvajes vagaban por los desiertos del Medio Oriente. Felis silvestris lybica, el ancestro del gato doméstico, era un cazador solitario, ágil y siempre alerta. Estos pequeños felinos vivían exclusivamente de lo que cazaban, principalmente roedores, y mantenían su distancia de los humanos.
Sin embargo, todo cambió con la llegada de la agricultura. A medida que los primeros asentamientos humanos almacenaban grandes cantidades de grano, esto atrajo a un invitado no deseado: los ratones. Pero, junto con ellos, llegaron también los gatos. Al principio, no había una relación directa entre humanos y gatos, pero estos felinos vieron una oportunidad. Las granjas estaban llenas de presas y los humanos, sin saberlo, se convirtieron en aliados en esta nueva estrategia de supervivencia.
Con el tiempo, los gatos más tranquilos y menos agresivos comenzaron a convivir más de cerca con las personas. Los humanos, al notar la disminución de las plagas, empezaron a valorar a estos pequeños cazadores. Sin embargo, a diferencia de los perros, que fueron domesticados para servir a múltiples propósitos, los gatos mantuvieron su carácter independiente. Fueron ellos quienes "eligieron" vivir cerca de nosotros, no por sumisión, sino porque encontraron comodidad y alimento.
Sin embargo, esta relación no siempre fue armoniosa. En la Edad Media, los gatos comenzaron a ser vistos con sospecha, especialmente en Europa. Durante este período, la superstición estaba en su apogeo y los gatos, especialmente los negros, fueron asociados con la brujería. Se creía que las brujas podían tomar la forma de gatos o que los gatos eran sus compañeros demoníacos. Esto llevó a una persecución masiva de estos animales.
Muchos gatos fueron sacrificados debido a estas creencias, y como consecuencia, la población de roedores creció sin control. Paradójicamente, la disminución de los gatos coincidió con la propagación de la peste bubónica, una enfermedad mortal transmitida por las pulgas de las ratas. Aunque los gatos no podían detener la plaga por completo, su presencia controlaba de forma natural las poblaciones de ratas que la propagaban.
Con el tiempo, las actitudes hacia los gatos comenzaron a cambiar. A medida que los estragos causados por las plagas y los roedores se hacían evidentes, las personas volvieron a valorar a los gatos por su habilidad para mantener las plagas bajo control. Los gatos comenzaron a ser aceptados nuevamente en los hogares y granjas, y su reputación mejoró. Poco a poco, volvieron a ocupar un lugar como protectores discretos en los asentamientos humanos.
Hoy en día, tu gato sigue siendo, en esencia, ese cazador salvaje que alguna vez recorría desiertos y protegía hogares de plagas. Aunque su vida se ha vuelto más cómoda, sus instintos y necesidades nutricionales no han cambiado. Al ser carnívoros estrictos, los gatos necesitan una dieta rica en proteínas animales, tal como la obtenían cazando presas en su estado salvaje.
Durante miles de años, los gatos sobrevivieron comiendo carne fresca, órganos y huesos de sus presas. Esta dieta proporcionaba los nutrientes esenciales que necesitaban para mantenerse sanos y fuertes. Sin embargo, los alimentos comerciales modernos para gatos suelen estar llenos de carbohidratos y aditivos que no son adecuados para su naturaleza carnívora.
Optar por una dieta cruda, como la alimentación BARF (Biologically Appropriate Raw Food), no solo honra los instintos naturales de tu gato, sino que también le proporciona los nutrientes que necesita para una salud óptima. Esta dieta imita lo que comerían en la naturaleza: carne fresca, sin aditivos ni conservantes artificiales, ayudando a mantener su pelaje brillante, dientes fuertes y una vitalidad inigualable.
Al brindarle una alimentación cruda, no solo estás apoyando su salud, sino que también estás conectando con su historia ancestral, un recordatorio de que tu felino, aunque ahora disfrute del confort de tu hogar, sigue siendo ese cazador resiliente que ha superado siglos de superstición y adversidad.
Así que, la próxima vez que veas a tu gato mirando por la ventana con esos ojos que parecen escrutar el horizonte, recuerda: dentro de ese suave pelaje y ronroneo hay un pequeño cazador salvaje, y que darle la alimentación adecuada, una dieta natural y cruda, es la mejor manera de cuidar su salud y rendir homenaje a su fascinante evolución.